Situado en las inmediaciones de la ruta de Eiroá, este mirador de 360º se alcanza tras ascender una pendiente de aproximadamente 300 metros. Desde su cima, se pueden contemplar impresionantes vistas de la franja costera, que se extienden desde la costa asturiana hasta la Mariña lucense. Además, ofrece una panorámica inigualable de las cumbres y sierras más próximas de Asturias y Galicia.
Un lugar perfecto para respirar aire puro, relajarse y desconectar en plena naturaleza.

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